T.K. Chiba
8° Dan, Shihan
Presidente – Comité de Enseñanza de Birankai International

Una introducción para una discusión en mesa redonda sobre Zen y el entrenamiento en Aikido
Por T. K. Chiba, 8º da
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I. Introducción

Debido a las experiencias de entrenamiento en Zen que tuve junto con mi entrenamiento en Aikido, muchos de ustedes comenzaron directa o indirectamente su entrenamiento Zazen bajo mi influencia.

El Aikido ha sido considerado como un “Zen en movimiento” que define también el carácter del Aikido.

Aunque soy el responsable por haber aumentado las influencias Zen en nuestro entrenamiento en la Región Occidental, en particular entre los miembros antiguos, jóvenes instructores e igualmente los kenshuseis, nunca lo he discutido con los miembros. Por lo tanto, quisiera tomar esta oportunidad de discutir el entrenamiento Zen y la creciente importancia de su asociación con el entrenamiento en Aikido.

Para empezar, quisiera describir como yo comencé el entrenamiento Zen que, en una manera pasiva, fue debido a mi maestro, Morihei Ueshiba, el fundador de Aikido. Lo que quiero decir con “una manera pasiva” es que él me enseñó la importancia de una disciplina espiritual junto con una disciplina marcial. Sin embargo, el sistema de la disciplina espiritual que él siguió estaba basado en CHINKON-KISHIN (el método de pacificar el alma y recobrar el espíritu) derivado del Sintoísmo antiguo y su extensión—el estudio de la doctrina Kototama (el poder milagroso de la lengua inherente con el alfabeto japonés). La composición de la enseñanza de O-Sensei del antiguo Sintoísmo estaba basada en KOJIKI', interpretada bajo las fuertes influencias de Deguchi Wanisaburo de la religión Ohomoto, quien fue el maestro espiritual del Fundador. KOJlKl suministra un recuento de la creación y el desarrollo del universo, junto con el origen de la raza japonesa y su estado.

Aunque fui uchideshi en esos tiempos, lo encontré sumamente difícil de seguir y no pude entender la mayoría de las palabras que usaba O-Sensei en sus enseñanzas. El Sintoísmo era la columna vertebral espiritual de su Aikido, y para poder comprender sus enseñanzas, uno tenía que entender KOJlKl, que requería un estudio extensivo. Desafortunadamente, yo pertenecí a una generación cuya educación estaba fuertemente afectada por la política de post-guerra llevada a cabo por el G.H.Q. (Cuartel General del Ejército de la Ocupación), establecida en el mes de Octubre de 1945 (yo había entrado a la escuela secundaria en Abril de 1946), cuya premisa central fue la negación sistemática de la cultura, tradición e historia japonesa. Por ende, el mito y el punto de vista mundial representados por KOJlKl fueron, por un tiempo, rechazados como faltos de rigor científico, una superstición absurda. Este punto de vista inclusive estuvo apoyado ampliamente por el mundo académico japonés de la post-guerra. En cuanto a mi persona, habiendo sido criado y educado de esta forma, encontré las enseñanzas del Fundador no solamente difíciles sino también aparentemente disparatadas.

Sin embargo, el Fundador siempre enfatizó la importancia de la disciplina espiritual (“la fe religiosa”, en su palabras exactas), y la práctica de la agricultura o cultivo agrícola junto con la disciplina marcial, si uno deseaba obtener sus propias metas. Yo no tenía ningún problema con seguir la práctica de la agricultura y la disciplina marcial (sigo haciendo las dos aun hasta el día de hoy). Sin embargo, yo no pude evitar la creciente y fuerte resistencia interna que, mientras pasaba el tiempo, crecía dentro de mí hacia la disciplina espiritual del Fundador. Sufrí una ruptura interna y temí por la pérdida de la unidad entre el arte físico y la disciplina espiritual que supuestamente era el principio subyacente o esencial del arte.

Comencé a ver el entrenamiento Zen como un sustituto para la enseñanza del Fundador. Como lo veo, fue un punto decisivo y positivo en mi vida de Aikido. No obstante, no puedo negar que fue un escape del Fundador. Esto es lo que me refiero cuando digo “una manera pasiva”.

II. Aikido y Zen

La significancia del Aikido como arte marcial, que fue un arte de lucha en su origen, se encuentra dentro de una propuesta afirmativa/negativa reflejada en la relación de uno mismo con otros—en otras palabras, vivir o morir, o en última instancia, matar o ser matado. Sin embargo, no necesariamente tenemos que tomar la expresión marcial como fue originalmente solamente por lo que fue ideado, sino que podemos transferir nuestra perspectiva en términos más prácticos que son aplicables a nuestra vida de hoy.

Al fin y al cabo, la relación de uno mismo con otros podría ser interpretada como (o reemplazada por) un contraste entre sujetos y objeto. Similarmente en términos filosóficos, matar o ser matado puede ser representado por sujeto y objeto como también por lo afirmativo y lo negativo. Por lo tanto, es posible definir el significado significante de artes marciales como una manera de manejar la subjetividad de uno en relación con otros. Esto le da al Aikido un carácter profundamente existencial que es aplicable a nuestra vida hoy.

Zen, por otro lado, es una disciplina profunda que saca una confrontación con la cara original de uno mismo, y el principio de vida fundamental del hombre, lo que llaman "Honrai-no-Memboku" a través de participar en el más directo, simple y primordial acto físico de sentarse. Cuando el Aikido, un arte marcial, se define como una manera de manejar la subjetividad de uno en relación con otros, como yo he intentado definirlo arriba, el Zen puede ser visto como una premisa o precondición para la disciplina marcial, y aquí es donde uno puede hallar una fuerte conexión entre los dos. Por ende, el Aikido podría llamarse “Zen en movimiento”.

Como artistas marciales, estamos familiarizados con el término “marcial”, y muy acostumbrados a usarlo frecuentemente. Sin embargo, dudo que en realidad entendamos su significado original, en particular porque nuestra comprensión está basada en los tipos de entrenamiento, condiciones y ambiente que hemos creado por entrenar en un Dojo. Desde mi punto de vista, sin importar lo duro e intenso que pueda ser nuestro entrenamiento, estamos todavía muy lejos del concepto esencial de “marcial” y apenas estamos rozando la superficie.

No es realista pensar que, en el ambiente de Dojo de hoy día, podemos simular una situación, como saltar desde un precipicio a trescientos metros de altura o, en una expresión Zen, tomar un paso desde la punta de una vara de treinta metros, donde uno está forzado a encarar una desesperada situación apremiante, y donde uno es capaz de transcenderse a sí mismo más allá de la vida y la muerte.

YAMAOKA TESSHU, el espadachín quien fundó la escuela Muto-Ryu durante el período de Edo, explicablemente decidió introducir el entrenamiento conocido como "Tachigiri-No-Seigan" para la práctica en el entrenamiento de la espada. Él ya había reconocido las limitaciones del entrenamiento del Dojo, aún en una época cuando, en la víspera de la revolución (la restauración Meiji [1868]), los Bushi (guerreros) portaban dos espadas y los incidentes sangrientos era asuntos del día a día. Él fue un practicante serio de Zen como también un espadachín. Su intención era llevar a cabo una averiguación minuciosa con respecto a la esencia de la disciplina marcial, inyectando el elemento de disciplina Zen al entrenamiento de Dojo (del manejo de la espada), cuando los practicantes están forzados a confrontar sus verdaderas caras, empujándolos dentro de una situación donde no hay escape.

Desde los viejos tiempos, uno de los puntos centrales que los artistas marciales, como también los practicantes de Zen, han enfrentado ha sido la pregunta de qué viene primero—la mente o la técnica o el espíritu o el cuerpo. Las siguientes palabras son de KAMIIZUMI-ISENOKAM (1508-?), el fundador de la escuela de espadachines Shinkage:

"A pesar de que su técnica parezca pobre y poco refinada, es la mente imperturbable, imperturbable aun cuando uno se encuentra enterrado bajo toneladas de rocas, es el maestro de quien uno se puede confiar.

En el caso de Mumon – Kan, caso #296, también encontramos una presentación interesante sobre esta materia.

"Una bandera de un templo estaba ondeando en el viento y dos monjes estaban discutiendo sobre ella. Uno dijo que la bandera estaba moviéndose, y el otro dijo que el viento la movía. Ellos no podían llegar a ningún acuerdo sobre el asunto y continuaron discutiendo una y otra vez. El Patriarca dijo, ‘no es que el viento se esté moviendo, no es que la bandera se esté moviendo, es que son sus mentes honorables que están moviéndose.’ Los dos monjes quedaron golpeados por el asombro.”

No pretendo dar una respuesta por el debate arriba mencionado. Sin embargo, yo creo que el mensaje importante es que uno no debe ver las cosas a través de un filtro para visiones duales, sino con una vista unificada de la mente y el cuerpo en uno. Yo creo firmemente que la naturaleza substancial del hombre no puede ser dividida entre dos reinos.

Esta es la razón exacta por la cual desarrollé un profundo interés en TACHIGIRI-NOSElGAN que Yamaoka Tesshu adoptó en su escuela, con la cual su intención fue de llevar a cabo la realización de la cara original del hombre usando la espada (confrontación marcial) como un instrumento para finalmente alcanzar la realización de unidad entre espíritu, mente, cuerpo y técnica en sus máximas potenciales.

Tal como lo veo, la característica de la disciplina Zen es sacar la confrontación con la cara original de uno sin el impedimento de especulación intelectual e ideológica. En otras palabras, todas las condiciones adquiridas, patrones de comportamiento aprendidos que conforman la percepción base de la propia identidad, todo debe ser puesto de lado—por lo menos por el tiempo durante la cual uno está participando en el acto de sentarse que, de nuevo, es el acto físico más directo, simple y primordial del ser. Es a través del ser, por el ser, y a través de convertirse en ser.

Tal como se encuentra en el famoso tema de Dogen Zenji (1200-1253) en el capítulo titulado 'Genjyo-Koan' en el libro "Shobo-Genzo"

"Estudiar la vía es estudiar el ser. Estudiar el ser es olvidarse del ser. Olvidarse del ser es ser iluminado por todas las cosas. Ser iluminado por todas las cosas es remover las barreras entre el ser propio y otros.”

III. El ser en relación con otros

Hay una interpretación interesante del asunto de cómo uno se relaciona con otros, como he tocado anteriormente, por Rinzai Zenji (?-854 AD). Él explica que cualquier encuentro humano cabrá en las siguientes cuatro fases:

1. El sujeto niega al objeto.

2. El objeto niega al sujeto.

3. El sujeto y el objeto se niegan mutuamente (simultáneamente).

4. El sujeto y el objeto se aceptan (simultáneamente)

Lo que sigue es mi interpretación de esas cuatro fases. En términos generales:

1. La sobrevivencia o la ley del más fuerte en una sociedad competitiva como su desarrollo natural.

2. El mundo de los inferiores derrocando a los superiores, idéntica a la idea de revolución—un desarrollo natural de la Fase 1.

3. La destrucción mutua (matar), idéntica a la situación del mundo de hoy, con armas nucleares de destrucción masiva para la potencial confrontación—una conclusión lógica para las Fases 1 y 2.

4. El mundo de la coexistencia—la realización de una sociedad ideal basada en una sensibilidad común en su forma más elevada.

Permítanme aplicar las fases descritas a los principios de Aikido en nuestro entrenamiento. No hace falta decir que los principios del Aikido representan la #4. No obstante, en principio no rechaza las fases #1, #2, y #3. El Aikido sí rechaza la idea de ganar y perder, el supuesto principio competitivo. Sin embargo, esto no significa necesariamente que rechaza la confrontación entre el propio ser y los otros, o entre sujeto y objeto dentro del marco de condiciones prefijadas, los llamados KATA (formas). Las Fases #1 y #2 corresponden a la fundación de nuestro entrenamiento; de forma más precisa:

Fase #1

La Fase #1 corresponde a la relación de Tori con Uke;

Fase #2

La Fase #2 corresponde a la relación de Tori con Uke cuando sus papeles o roles se cambian durante el entrenamiento. El cambio de rol entre Tori y Uke es característico del Aikido, indicando que cada encuentro humano contiene significancias múltiples a pesar de parecer, en la superficie, como la misma situación.

Es el sistema en el cual los practicantes están capacitados para relacionarse el uno con el otro, y de experimentar tanto ser sujeto como objeto simultáneamente, en que el Kata juega un papel central y representa puntos en común.

Fase #3

La Fase #3 se conoce como "Aiuchi" en términos marciales. Es el estado de matarse mutuamente y simultáneamente. Entonces puede ser interpretado negativamente. A pesar de una destrucción aparentemente sin sentido, a un nivel más profundo aquello presenta la fundación ética de artes marciales que proviene de una necesidad marcial. Su significado refleja conceptos antitéticos de “no matar si uno no quiere que le maten”, y “dispuesto a matar si uno va a ser matado”.

Fase #4

La Fase #4 se conoce como "Ainuke" en términos marciales, y significa un pasar a través y de forma mutua. La Fase #3 es la fundación marcial, técnica y ética para esta etapa. Esta es la realización de la coexistencia y el reconocimiento mutuo entre el propio ser y otros. El Fundador solía decir que "Aikido es la manera para cultivar una sensibilidad común (compartida)”. En estas palabras aparentemente simples no elaboradas, yo descubrí el significado profundo presentado por el Aikido.

Es la realización de una sensibilidad común que Dogen Zenji también ha descrito como la máxima realización en la disciplina Zen, diciendo en sus palabras exactas: “Ser iluminado por todas las cosas es remover las barreras entre el propio ser y los otros.” En términos más simples, tratar (relacionarse con) el otro en la manera que usted quiere ser tratado (estar relacionado con).

IV. El ser en relación el ser

La sección anterior contiene una breve descripción de la relación de uno mismo con otros. Quisiera presentar mis experiencias y observaciones con respecto a la confrontación con uno mismo (cómo relacionarse con uno mismo) en las prácticas de Zen.

Muchos de ustedes aquí ya han experimentado Rohatsu Sesshins y mini Sesshins que se han llevado a cabo regularmente. Para expresar brevemente la característica de Sesshin, y en particular, Rohatsu Sesshin, se podría decir que es “lanzarse hacia lo extraordinario, habiéndose aislado uno mismo del estilo de vida que hace tiempo en el pasado adoptó.” Aunque en principio los participantes reservan el derecho a ejercer su libertad, si deciden retirarse o renunciar a la disciplina, la mayoría de nosotros escogemos quedarnos por nuestra propia voluntad en un entorno donde la libertad mental y física está restringida por las reglas y condiciones monasteriales—incluyendo las restricciones sobre dormir, comer, caminar, trabajar, sentarse, etcétera.

En esencia, requiere un abandono del ego, el llamado identidad propia, que es un producto de muchas capas de comportamientos, conocimientos, y percepciones adquiridas y acumuladas desde que uno nace—tales como nuestras formaciones genéticas, sociales, culturales, educacionales, ideológicas, profesionales, nacionales y raciales.

Por lo tanto, además de la incomodidad física, para empezar, es común experimentar varios tipos de agitaciones emocionales y mentales en la forma de resistencia, rechazo, ansiedad, desesperanza, arrepentimiento, desespero, hasta la rabia y el odio. Es la lucha existencial del viajero solitario en la oscuridad, asociada con el temor y la incertidumbre de perder el mundo en el cual se sentía seguro, mientras está incapacitado para divisar un nuevo horizonte.

La característica de la disciplina Zen, sin embargo, nos guía cuidadosamente en cómo conducirnos en este proceso doloroso de auto-investigación, no por análisis intelectual sobre qué podría ser la identidad propia, sino más bien dejar de lado silenciosamente esas condiciones adquiridas tal como están, sin importar a dónde pertenecen o no pertenecen, sin confrontación directa. Es el acto físico de sentarse que gradualmente (o repentinamente) hace que todas las condiciones adquiridas yaciendo por debajo de la identidad propia caigan, capa por capa (o todas juntas con un solo golpe de impacto), permitiéndole a uno ver su cara original. Esta es la etapa descrita por Dogen Zanji como "SHIN SHlN DATSURAKU" que significa, cuerpo y mente se caen simultáneamente (desde el auto-reconocimiento pre-acondicionado de lo que en verdad es el ser), de una sensibilidad común, y hacia una mente común.

Habiendo dicho esto, uno podría preguntarse si el Zen encarna otras disciplinas antitéticas dirigidas a la coloración y descoloración intelectual o moral. Quizás podría ser cierto, yo no tengo problemas con eso. Después de todo, el Zen es una creación humana.

Zen reconoce este peligro potencial de coloración o decoloración, o caer en una trampa mientras se escapa de una trampa. Las palabras impactantes y a la vez significantes de Rinzai Zenji para dar una alarma a la naturaleza humana sobre su potencial de tener coloración o descoloración fueron:

"Si usted busca por Buda, será aspirado o tragado por el veneno de Buda. Si busca por el progenitor, será aspirado o tragado por el veneno del progenitor. Cuando se encuentre con Buda, mátelo. Cuando se encuentre con el progenitor, mátelo. Cuando se encuentre con el maestro, mátelo…

” Las palabras arriba indican que mientras uno busca la verdad fuera de uno mismo, uno debe ser rechazado—sin importar el nombre que toma la fuente externa, incluyendo Buda, progenitor, maestro o instructor.

A través de mis experiencias y observaciones, el proceso arriba mencionado que experimenta el practicante en su inicio de Zen, pude ser desglosado en estas siguientes fases:

1. Rechazo o resistencia mental, emocional y física con un sentido de arrepentimiento.

2. La resignación o darse por vencido a través del establecimiento de una limitación auto-impuesta, y buscar su justificación y razonamiento.

3. La entrega pasiva buscando depender de un poder externo; desesperadamente buscando ayuda de afuera mientras a uno lo empujan a una esquina donde no hay ningún escape. Es común tener una visión o una ilusión en esta etapa, que debe ser rechazada.

4. La entrega o renuncia positiva; soltar el agarre de cualquier cosa con que uno se sentía seguro, exceptuando el de quedarse sentado por cuanto tiempo sea necesario. Básicamente, ésta es la actitud de morir y renacer sin tener ninguna expectativa, sujeción o dependencia. No hace falta decir que las frases arriba mencionadas no necesariamente aparecen con una clara distinción entre cada una de ellas, pero es algo común verlas entretejidas.

V. Conclusión

Como mencioné anteriormente, no es realista pensar que es posible crear el proceso antes mencionado dentro del ambiente de Dojo de hoy día. Es mi creencia, por ende, que la disciplina Zen puede proveernos con aquello que falta en el entrenamiento de Dojo. Como el Aikido está definido como un Zen en movimiento, es solo natural para nuestra propia necesidad, definir el Zen como un Aikido estático.

Por otro lado, si podemos trasladar nuestra percepción hacia la situación objetiva del mundo en el cual habitamos actualmente, no es tan difícil reconocer la situación como algo muy marcial, ya que la vida del día a día está llena de muchas formas diferentes de violencia y amenazas—tanto visibles como invisibles. Los ejemplos son la propagación de enfermedades incurables; incontables estallidos de desastres hechos por el hombre que toman muchas vidas humanas de un solo golpe, como también los desastres naturales que la altamente avanzada y moderna tecnología científica a menudo es incapaz de prevenirlos; la prevalencia del crimen violento organizado y no-organizado; los crecientes sucesos de guerras locales derivadas de nacionalismo, racismo y fundamentalismo religioso; y el desbalance ecológico y el envenenamiento a escala global que jamás ha vivido la humanidad. En vez de limitar nuestras percepciones dentro del entrenamiento de Dojo, sería sabio expandir nuestra consciencia hacia el reino más grande de los asuntos diarios donde son evidentes las incontables amenazas potenciales a nuestra misma existencia. En substancia, es una situación en la cual estamos forzados a retornar a enfrentar la pregunta básica de quiénes somos de verdad, en nuestra verdadera cara, y así permitiéndonos enfrentar las potenciales crisis, que podrían convertirse en realidad en cualquier momento, con los tres principios de atención o consciencia marcial: cuándo, dónde, y con qué—sin tener que ser defensivo ni obsesivo, pero con una mente libre y abierta.

1. Kojiki (un antiguo registro) fue escrito más o menos alrededor de 712 A.D. Es uno de los más antiguos materiales escritos que contiene un mito asociado con la creación y el desarrollo del universo, conduciéndose hacia el nacimiento-mito de la nación japonesa. Su autenticidad ha sido criticada bajo el punto de vista fuertemente materialista de la historia, que ha dominado el mundo académico japonés desde el final de la segunda guerra mundial. Sin embargo, está recobrando más y más su autenticidad en los últimos tiempos a través de las pruebas arqueológicas descubiertas en ruinas, probando la existencia de una antigua civilización japonesa que, en una época, fue considerada como una de las cinco principales civilizaciones. Este punto de vista también comienza a ser compartido por historiadores occidentales, por ejemplo en un libro reciente: "The Clash of Civilizations and Remaining of World Order" (“El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial”) por Samuel P. Huntington.

2. Mumon - Kan caso #46: "La vara de treinta metros de Seiko" [escrito por Mumon alrededor de 1228]

Seiko (986 - 1039) dijo: "¿Cómo se puede avanzar desde la punta de una vara de treinta metros [cien pies]?” De nuevo un anciano respetado dijo:

‘Uno que está sentado encima de una vara de treinta metros ha entrado en el camino, pero aún no es genuinamente real. Él debe seguir más allá de la punta de la vara de treinta metros y revelar su verdadero ser en las diez direcciones.’”

El comentario de Mumon - Kan dice que si brincáramos de la punta de la vara, nuestra propia vara o de la vara de todos los demás, podríamos amar a nuestros enemigos porque no tenemos ninguno. Todas las cosas trabajan para el bien.

3. Yamaoka Tesshu (1836-1889) fue el fundador de Muto-Ryu la escuela del arte del manejo de la espada.

4. TACHlGlRl NO SEIGAN. Los discípulos de Yamaoka hicieron un voto para participar en el siguiente entrenamiento progresivo:

1ª etapa—Un compromiso por dos días de participar en 200 encuentros de combate cada día, sólo, sin detenerse contra 20 oponentes que están permitidos a descansar y atacar en rotación. Antes de comprometerse a la 1ª etapa, el discípulo debe haber realizado un entrenamiento de 1000 días sin falta.

2ª etapa—Un compromiso de tres días – lo mismo que arriba.

3ª etapa—Un compromiso de siete días – lo mismo que arriba.

4ª etapa—1000 días de entrenamiento sin parar, desde las 4 am hasta las 8 pm cada día, compitiendo contra 100 oponentes cada día.

5. KAMllZUMl ISENOKAMI. El fundador de Shinkage escuela de manejo de la espada, quien fue un general de regimiento bajo el amo de Uesigi. Luego de ser derrotado en una batalla por Takeda Shingen, él eligió convertirse en un guerrero sin amo a pesar de haber recibido una invitación de Lord Takeda para que su uniese a su ejército. Él comenzó a viajar alrededor del país para refinar su manejo de la espada. Derrotó a muchos espadachines famosos. Aquellos quienes lo retaron incluyen a Yagyu Munetoshi, el fundador de la escuela Yagyu-Shinkage. Isenokami, como general de la guerra, había visto el arte del manejo de la espada usado sólo como una herramienta para la destrucción, pero buscó una manera de transcenderlo convirtiéndolo en un arte de dar vida en vez de tomar la vida. Luego, su visión fue realizada por su sucesor, el hijo de Yagyu Munetoshi, Tajimanokami, quien se convirtió en el espadachín e instructor oficial para el Shogunato de Tokugawa, y llevó a cabo la visión de Isenokami, teniendo una influencia considerable sobre las políticas del Shogunato de Tokugawa, que le permitió establecer la fundación para la paz a través de toda la nación por 260 años.

6. Mumon - Kan caso #29. Este es el caso que involucra el 6º patriarca de Eno. El comentario de Mumon – Kan fue:

"No es el viento que se mueve, no es la bandera que se mueve, no es la mente que se mueve. ¿Cómo entenderemos al patriarca? Si usted tiene una sólida comprensión del significado, verá que los dos monjes cuya intención era de comprar hierro, consiguieron oro.

El patriarca no pudo reprimir su compasión, y entonces tenemos esta escena vergonzosa.

El siguiente es un comentario del Dr. R.H. Blyth, autor de Zen y Clásicos Zen Volumen Q, publicados primero en 1966 por Hokuseido Press, Tokio, Japan. De este comentario encontré sumamente interesante lo que sigue:

"Eno adopta un punto de vista budista, para nada Zen, y el cristiano no es tan diferente, si cambiamos ‘nuestra mente’ por ‘la mente de Dios.’”

Todas las tres opiniones por supuesto son correctas, ninguna está equivocada. La segunda hace todo objetivo, la tercera hace todo subjetivo. La actitud Zen siempre es objetivo subjetivo, ambas o ninguna, o trascendiendo ambas. La experiencia de todos modos es de poesía, no de ciencia, ni filosofía, ni teología.

7. Dogen Zenji [(1200-1253) el fundador de Soto - Zen en Japón] significa "Almacén del Ojo de la Verdadera Ley”, y contiene sujetos que van desde puntos básicos de doctrina budista hasta regulaciones y estándares monásticos para la conducta de los monjes.

8. MumOn - Kan caso #19. (La mente común de Nansen)

"Joshu le preguntó a Nansen:'¿Cuál es el Camino?’ Nansen respondió: ‘Su mente común—ese es el Camino.’ Joshu preguntó, '¿Va a alguna dirección en particular?’ y Nansen respondió, ‘Mientras más va en busca tras él, más se le escapará.’ Joshu: ‘Entonces, ¿cómo saber que es el Camino?' Nansen: ‘El Camino no pertenece al saber o al no saber. Saber es una ilusión. No saber es una falta de discernimiento. Cuando se llega a este Camino sin confusión, es como la vastedad del espacio, un vacío insondable, entonces ¿cómo puede ser esto o aquello, sí o no?’ Con esto Joshu llegó a una repentina realización.”