Morihei Ueshiba
O-Sensei Fundador Aikido


Palabras del Fundador: "El Cielo, la Tierra y el Hombre"

Por Morihei Ueshiba, O-Sensei


Nota del Editor: esto fue originalmente publicado en The Aikido, No. 4, 1981.

Cuando lo vemos desde la Verdad del Universo, el Aikido tiene que ser el camino ideal de lo natural. El "Ri" (principio) debe ser la base que da coherencia y razón a todos los seres. Si analizáramos o desglosáramos el Ri como hiciera un científico, podríamos llamar las cosas que encontramos manifestadas en la superficie física (omote) como cosas "Ho”, [es decir, una regla o método de ley].

El Aikido es una de tantas Ho. Es una de las leyes sutiles de la verdad enviada del cielo de Takemusu Aiki (el Aiki generador de bu). También podemos llamarlo “La Vía de Acuerdo entre el Cielo, la Tierra y el Hombre,” y por lo tanto podría ser descrito como la Vía de reconciliar un gran número de esencias y sus múltiples manifestaciones.

Usted debe saber que las técnicas del Aikido son una Vía de Misogi, [es decir, del "ritual de purificación”] del cuerpo y el espíritu/mente (kokoro) y una manera de entrenamiento. El hecho es que nos hace conscientes de las leyes del universo, y ese mismo hecho es la verdad central de todos los funcionamientos de lo Universal.

Por estas razones, una vez que haya dominado este Aikido, comprenderá la Lógica Universal y también llegará a entender bien su propio ser. Por ejemplo, si mueve una espada usted pone en esa acción su ser completo, se une con el universo entero para ese movimiento. En Aikido hay una manera sutil y misteriosamente inteligente de manejar la espada. En esta Vía de la Espada, si usted no perfecciona completamente la moralidad fundamental, entonces seguramente su arte se convertirá en uno de “Espada Pervertida de la Injusticia y Maldad” (ja-ken). ¿Pero qué exactamente es la moralidad fundamental de la humanidad?

Es estar en consonancia con las virtudes de la fidelidad, la honestidad y el comportamiento ejemplar, la caridad del corazón y la fe. Es hacer que la verdad, la alegría y la belleza sean la fundación por la cual protege y preserva estas virtudes. Entonces, al hacer su mejor esfuerzo lleva adelante la virtud. Debemos esforzarnos en la dirección de ser más y más sabios y agudos con la sensibilidad. Es necesario tener una sinceridad absoluta y todo-envolvente en todas las cosas. En resumen, debemos proceder hacia “La Vía del Acuerdo” en el espíritu de Amor, solidificado de Amor.

A fin de alcanzar esta mente sincera y fomentarla, ¡debemos empezar por vencernos a nosotros mismos!