Akira Tohei
8º Dan, Shihan
Jefe Instructor de Midwest Aikido Center (1972-1999)

Una Perspectiva sobre el Entrenamiento de Aikido

Por Akira Tohei, 8° Dan, Shihan


Nota del Editor: Este artículo sobre el entrenamiento fue publicado originalmente en Federation News, edición primavera de 1981. 
Aquellos que aspiran por y entrenan en el Aikido, y los que se han convertido en yudansha (de rango de cinturón negro), deben adquirir el espíritu, los objetivos y las metas del Aikido. Es mi ferviente esperanza que usted hará progresos en su vida diaria como también en la práctica dentro del dojo. Podría haber algunos que piensen que obtener un rango de cinturón negro significa llegar a ser un Aikidoka con todas las de la ley, pero este rango tan solo marca un comienzo.

Hay cuatro metas en Aikido:

1) entrenamiento de ki
2) entrenamiento moral
3) entrenamiento físico
4) la cultivación del sentido común (práctico)

Estos puntos enfatizan preservar el poder del ki, elevar la virtud natural, incrementar la fuerza corporal, y convertirse en una persona con un sentido práctico.

Aún en la práctica, la persona fuerte no siempre está en lo correcto, y sólo a través de un movimiento correcto viene la verdadera fuerza. El hombre quien fundó el Aikido, el difunto Morihei Ueshiba, dijo antes de morir, “Apenas ahora he comenzado a entrenarme.” Nosotros los seguidores más jóvenes, si nosotros estamos satisfechos con cualquier progreso que hemos podido logrado hasta ahora, solo nos deshonramos a nosotros mismos.

En un corto período de unos cuantos años, no es posible para nosotros, seres humanos, verdaderamente comprender el camino que nos dispuso el Fundador y sus más antiguos discípulos a través de muchos largos años. Si no fijamos nuestro entrenamiento en un alto nivel, no podremos ver a lo lejos en la distancia.

Al subir una montaña, cuando estamos al pie de esa montaña el paisaje quizás no parece ser mucho, pero mientras nos acercamos a la cima, podemos ver lo que está alrededor y obtener una buena vista de todo. Pero junto con esto, también nos sentimos cansados y en la necesidad de tomar precauciones por si acaso surgen los peligros. En el entrenamiento de Aikido también, el comienzo quizás no parecerá ser muy interesante, y para algunas personas quizás solo sea una serie de golpes y moretones, pero esto es porque estamos posicionados al pie de la montaña. Pero mientras nos acercamos a la punta media y luego a la cima, el paisaje mejora, y también nos damos cuenta que estamos cargando el peso de una responsabilidad.
Si los miembros yudansha prueban algo que sabe delicioso, ellos tratan de decirles a otros que coman de lo mismo. De la misma manera, si ellos aprenden algo que creen que es bueno, ellos deberían enseñarlo libremente a otros. Usted no perderá nada en enseñar a otros, y esto puede ser una buena prueba de lo que usted haya aprendido.

El Aikido es una “vía” para el hombre, y será dura en algunos momentos, pero nuestra gran tarea es esforzarnos a conquistar las barreras aparentemente insuperables a través de nuestro camino. “Es más fácil predicar que practicar”, es un dicho famoso. Pero con la mente y el cuerpo unidos en uno solo, y con nuestro espíritu y el ki correctamente centrados, yo creo que podemos aplicar esto a nuestras técnicas de Aikido y en todas las cosas, y podremos vivir la vida sin arrepentimientos. 

Aquellos que practican por muchos años y quienes no desarrollan un sentido práctico, tienen poco valor como Aikidokas. “Las artes marciales comienzan y terminan con cortesía”—en el Aikido debemos sostener la cortesía y el respeto en la posición más alta.